Abraza la maldita imperfección. Solo dale.
Sube ese post, ese story, ese reel o tiktok. No lo pienses tanto. Solo dale.
Es buena la imperfección. El que algo no sea 100% perfecto. Así grababan los Beatles al comienzo. De una. No había tiempo para pulir cada detalle. El talento y la creatividad eran lo que valía.
Esa imperfección la toma, desde otro punto de vista, un artista como Ben Aqua, quien habla sobre la magia de tomar fotos con una digicam. Resalta el concepto de la imperfección pero desde otro punto de vista. Para él, “abrazar la imperfección es donde se encuentra una tonelada de belleza” (les dejo el video).
Es lo mismo que sostiene Greg Williams, fotógrafo que captura retratos increíbles de celebrities, citado en un post de febrero, donde suele decir que es bueno salir de la mega producción y sí focalizarse en capturar ese momento que hace auténtica a la persona que fotografía. Solo él. Una cámara. Nada más. Y romper esa absurda creencia de que todo debe ser perfecto, cuadrado y estudiado. Y él es capaz de tomar fotos como ésta.
Pero a la hora de armar un posteo en X o en LinkedIn, de subir un story a Instagram o un video a TikTok, las personas e influencers (y ni hablar de las marcas) se obsesionan a veces con que todo tiene que ser perfectito. Esto no es cine. Es otra cosa. Tiene otra narrativa. Y está bien y se agradece la naturalidad, el fallo, el detalle, que te acerca más. Que lo hace lo más real y auténtico posible. Siempre se trató de eso. Entonces no sobre piensen los contenidos.
Crea. Sube. Comparte.
No lo pienses tanto. No aspires a la perfección en cada contenido.