Marketing y corrientes que chocan a la hora de consumir contenido.
Debes entretener. Esa es la consigna.
Sabemos que la entretención es clave. Sabiendo eso, por un lado vemos toda la cantidad de contenidos en vertical con códigos que invitan a ver, consumir y compartir rápidamente y sin un segundo de pausa. Ahí es donde reina TikTok (que ya empieza a competir en tiempo y atención contra Netflix). No solo para las generaciones más jóvenes. De acuerdo a un estudio de GWI, para los boomers el contenido vertical y entretenido es igual de relevante (ver gráfico abajo).
"Si bien Facebook sigue siendo su plataforma de medios sociales favorita, el número de boomers globales que usan aplicaciones basadas en video está subiendo. Las redes se están convirtiendo más en entretenimiento y compromiso con la marca, con más en esta generación diciendo que siguen a influencers con el tiempo (+13% entre 2020-2023)."
Esa tendencia se mantendrá el 2024. Pero se “enfrentará” a otra: la invitación a concentrarse, a calmarse y consumir un contenido ya más largo, sin apuro, sin estrés, enfocándote en lo que ves, sin tantos cortes de edición y efectismos. Por ahora todo indica que se impondrá la primera fuerza (contenidos rápidos, cortos), pero deberíamos ver más de lo segundo. Y es así aquí donde las oportunidades para los creadores de contenido junto a marcas que quieran narrar más y mejor se van a desplegar).
Más allá del formato que elijamos (no es uno y otro sino hacerlos convivir), hay que buscar acercarse a las personas.
Aquí veo caminos más bien complementarios que antagónicos. Hablar naturalmente y relajar el contenido es uno (menos hashtags, menos frases publicitarias). Hacer foco en la experiencia de usuario desde el minuto cero hasta la post venta* hasta la forma en que tienen las marcas de, de verdad, diseñar algo especialmente centrado en el consumidor, por nombrar a algunas. Buscar conectar con los códigos de lo que quieren las personas y los tipos de contenido que consumen y entrar a ser parte de su entretención suele ser la recomendación. No buscar esa fórmula y seguir centrando las fuerzas en interrumpir como sea y empujar las ventas descuidando la marca, es una ruta que suele desembocar en daño a la marca en el mediano y largo plazo.